Si, paseando por el barrio de La Moneda en estos días, pidiéramos a los vecinos que se imaginaran al barrio sin su colegio, es posible que muchos no consiguieran recordarlo y a otros ni les hubiera pasado por su mente. Hace tantos años ya que el colegio viene formando parte vital del barrio que incluso a los más antiguos ya les cueste verlo sin él. Pero la realidad era otra allá por los años 70 del pasado siglo. ¡Qué lejos queda ya! Y es que nuestro Colegio ha cumplido 25 años. Y ésta es parte de su historia.
Corrían los años 1974, 1975,… Los niños que entonces vivían en nuestro barrio y alrededores no tuvieron la suerte de disponer de un Colegio cercano. Recorrían medio pueblo andando o iban en autobús a los pocos Centros escolares que por aquella época había en Dos Hermanas, algunos de los cuales funcionaban en régimen de desdoble: un turno por la mañana, para un grupo de niños, y otro turno, por la tarde; a los niños que les correspondía el turno de tarde, durante los días de invierno, se les hacía de noche por esas calles, al volver a sus casas.
Durante todo este tiempo, se hablaba en el barrio de la posibilidad de la construcción de un Centro escolar e incluso se sabía cuáles eran los terrenos previstos. Para gran satisfacción de todos los vecinos estos comentarios se hicieron realidad y se pudo comprobar cómo en el año 1978 comenzaban las deseadas obras. El bello sueño de tener un Centro Escolar en el barrio se iba a ver cumplido.
Fue en 1979, a primeros del mes de Octubre, cuando, una vez superados algunos problemas, abre las puertas por primera vez nuestro Colegio.
¿Problemas?
Había terminado el verano, el edificio estaba terminado, pero no se pudo comenzar el nuevo curso en los primeros días de septiembre, como es lo habitual.
Los maestros habían sido designados, pero no pudieron acceder al Centro; su primeras reuniones para constituir el Claustro y preparar todo lo relacionado con las actividades académicas del curso las tuvieron que celebrar en otro colegio de la localidad, concretamente, en el Colegio Valme Coronada. Se celebraron los primeros Claustros durante el mes de Septiembre. En ellos, los maestros se fueron adscribiendo a un curso o nivel y eligieron al primer Director, en este caso Directora: Mª Dina de la Madrid Modino.
Los alumnos también habían sido asignados ya al nuevo colegio, pero no pudieron incorporarse a las clases a mediados de Septiembre.
En aquellos días, los padres, concienciados de las mejoras que suponía para la educación de sus hijos el tener tan cercano el colegio, se organizaron y, tras varias asambleas, celebradas en la propia calle, adoptaron algunas medidas de presión, tales como manifestaciones, que llevaron a cabo para exigir la apertura del centro.
Por fin, en uno de los primeros días de octubre, por la mañana, el barrio se transfiguró. Los niños, acompañados en gran mayoría por sus madres, salían de los bloques de pisos en dirección al nuevo colegio que tenían a un paso. Otros grupos de niños se veían venir, cruzando los pasos a nivel, desde el barrio de San Antonio y desde el Arenal. ¡Ya no tenían que esperar al autobús que los llevara al lejano colegio o caminar un largo trayecto! Las calles cercanas al colegio bullían con la algazara de todos los niños, pequeños y mayores, que acudían por primera vez a su nuevo colegio. ¿Se había visto el barrio alguna vez tan animado?
La vida escolar comienza. El colegio está repleto de alumnos. Los maestros, dedicados a sus tareas de enseñanza y educación. Son muchos los problemas pendientes: falta de mobiliario y material escolar; pero, a pesar de todo, lo más importante es que el colegio ya estaba en funcionamiento.
El primer problema que hubo que afrontar fue el de la ubicación de todos los niveles ya que no había aulas suficientes. El colegio fue creado con 16 aulas y desde el principio, puesto que hubo que formar 20 grupos o niveles de alumnos, se habilitaron como aulas: la Biblioteca, la Secretaría, el Aula de Pretecnología y la Cocina. Este problema se agravó al Curso siguiente, en el que, para evitar un posible desdoble, ya que se tuvieron que formar 21 grupos, dos de los niveles de 5º pasaron a recibir sus clases en el Salón de Actos. Los dos maestros trabajaron en equipo con los, aproximadamente, 80 alumnos, en el citado salón.
Otro de los urgentes problemas que había que solucionar era la preparación del patio de recreo, que se encontraba como una escombrera: sin allanar siquiera, y sin pistas deportivas. Lo primero se consiguió pronto e incluso la colocación de una cancela para que los niños pudieran acceder al edificio a través del patio y así ganar en seguridad en las entradas y salidas.
Importante para el Centro fue que los padres, muy interesados por todos los problemas de la enseñanza de sus hijos, formaron la Asociación de Padres de Alumnos (APA). Enseguida se pusieron a trabajar y a colaborar con el Claustro de Profesores en la búsqueda de soluciones para las muchas cuestiones existentes. Hay que resaltar que la primera Junta Directiva estuvo compuesto por un elevado número de padres, y también alguna madre. Su primer Presidente fue Francisco Peral.
Si hablamos de los maestros, algunos provenían de otros Centros de la localidad en los que llevaban algunos años ejerciendo su labor educativa e incluso vivían en el propio barrio, otros, de Sevilla y pueblos cercanos. Todos, conscientes del cometido que suponía poner en marcha un nuevo Colegio, trabajaron al unísono, superando las diferencias que siempre es normal que surjan en el desarrollo de cualquier actividad laboral. Sería prolijo hacer una relación de todos los maestros y maestras que formaron ese primer Claustro e incluso, habiendo pasado tanto tiempo, sería tarea complicada el comunicarse con todos ellos, ya que muchos marcharon a otras localidades a seguir ejerciendo su trabajo, algunos continuaron en el pueblo en otros Centros de Enseñanza y otros ya se han jubilado.
Los alumnos provenían de distintos Colegios: de Valme Coronada, del actual San Sebastián, del actual Vicente Aleixandre, del Amparo, etc. También ellos tuvieron que hacer un gran esfuerzo para adaptarse a los nuevos compañeros y al nuevo Colegio.
Es de justicia incluir aquí la figura de “nuestro portero”, Antonio, actualmente la persona ligada al colegio laboralmente con mayor antigüedad. Él abrió, por primera vez, la puerta del edificio aquel gozoso día que ya se ha recordado y todavía continúa felizmente su labor. Él es testigo “mudo”, como se suele decir en estos casos, de tantos y tantos acontecimientos y avatares que han ido sucediendo en el día a día de los muchos años de vida del Colegio. Por su total entrega y colaboración con el colegio, con el Claustro, con las distintas Juntas Directivas del AMPA, con los diversos Equipos Directivos, merece un lugar destacado en esta breve historia de nuestro Colegio.
Nuestro colegio era sólo de Educación General Básica (la antigua EGB), con sus cinco niveles educativos de la Primera Etapa y los tres de la Segunda. No hubo, durante los dos primeros cursos, ninguna posibilidad de admitir a alumnos de Preescolar, como se denominaba por aquel entonces a la Educación Infantil. La creación de estas aulas de Preescolar fue, sin duda, uno de los primeros objetivos que se marcaron.
El Centro comenzó a llamarse “Colegio de La Moneda”, debido, evidentemente, a su situación en el barrio así denominado. Muy pronto, tras la insistente petición al Ayuntamiento de un nutrido grupo de antiguos alumnos de D. Enrique, se le asignó el nombre, conocido por todos, de “Maestro Enrique Díaz Ferreras”. Por expreso interés de su familia, se antepuso a su nombre el título de “maestro”, actitud loable, al querer destacar más que a la persona en sí, su muy querida tarea, la de enseñar y educar, que él desempeñó con tanto cariño hacia sus alumnos.
Fue en el Curso 1981/82 cuando se creó la primera aula de Preescolar para alumnos de 5 años y que se ubicó en la Biblioteca del Centro. Más tarde, allá por el Curso 1983/84, se consiguieron dos aulas que se instalaron en el edificio Torrevalme (La Lagunilla). Durante dos cursos estos alumnos permanecieron en el lugar citado, pero en el 1º trimestre del Curso 1985/86 nos vimos obligados a colocar las dos aulas de Preescolar en el edificio del colegio. Se adaptó para ello la cocina y uno de los dos vestíbulos, el situado junto al salón de actos. Durante casi cuatro largos cursos permanecieron ahí los alumnos de Preescolar y se comenzó la tarea de buscar una solución a este problema.
Tras muchos esfuerzos durante los tres años siguientes, tuvimos la satisfacción de ver cómo comenzaban las obras de un nuevo edificio de Preescolar, independiente del edificio principal, pero unido al mismo junto a la zona del porche. Este edificio se construyó con capacidad para 4 aulas, para alumnos de 4 y 5 años. Felizmente, al comienzo del Curso 1989/90 se consiguió el objetivo: “Nuestro colegio disponía de aulas dignas de Educación Preescolar para acoger a todos los alumnos de 4 y 5 años”. La construcción de este edificio anexo marcó un momento importante en la vida de nuestro Colegio. Tanto, que su inauguración en Septiembre de 1989 ha sido, hasta la fecha, el mayor acto social celebrado. Durante el mismo se colocó, en la fachada principal, el nombre del Colegio, en cerámica, donado por la familia de D. Enrique.
La participación, de una manera oficial, en la vida del Centro de todos los sectores implicados en la educación comenzó a finales del Curso 1980/81 con la creación del Consejo de Dirección, como se llamó por aquel entonces al actual Consejo Escolar. Presidido por la Directora del Colegio, estaba compuesto por representantes de los maestros, padres, alumnos, personal no docente y del Ayuntamiento.
A lo largo de todos estos Cursos han sido muchos los maestros que han pasado por nuestro Colegio. Cada uno de ellos ha ido dejando su particular huella y, desde aquí, enviamos a todos y cada uno un recuerdo.
Se ha indicado anteriormente que la primera persona que dirigió el Colegio fue una maestra, Mª Dina de la Madrid, que lo hizo durante los cuatro primeros Cursos. A continuación, se hizo cargo de la dirección un maestro, Rodrigo Ortiz Márquez, que desempeñó este cargo durante dos cursos. Tras él, comenzó su etapa de Director otro maestro, José Ávalos González, etapa que duró cuatro Cursos. Al Curso siguiente, 1989/90, inició su cometido, como Director, Gabriel Dillana Ramos, que con tanta entrega, acierto y renovada ilusión continúa ejerciendo esta ardua tarea.
Asimismo, los padres fueron renovándose en sus Juntas Directivas de la Asociación y al primer Presidente, ya mencionado, le siguió Joaquín Jiménez. Después de él fueron haciéndose cargo de la Presidencia: Josefa Dorantes, José Bonilla, Mª Carmen Rubio, Mª Luisa Muñoz, Ana Paula Caliço y Carmen Valladares, actual Presidenta. Todos y todas, junto con sus equipos de padres y madres en sus Juntas Directivas, colaboraron en todo momento en las tareas del Colegio: ayuda en el logro de los objetivos marcados que mejorarían nuestro Centro, fiestas, deportes, excursiones, etc.
Nuestro Centro, que comenzó como Colegio de Educación General Básica, de acuerdo con las distintas normativas, pasó a ser, de acuerdo con la LOGSE, un Centro de Educación Infantil y Primaria.
En el transcurso de esta transformación, durante los distintos Cursos de la década de los 90 fue convirtiéndose poco a poco en Centro de Educación Primaria, conviviendo al principio los primeros Cursos de la nueva Educación con los últimos de la E.G.B., que estaba extinguiéndose. También, cuando ya era plena la educación conforme a la LOGSE, durante algunos cursos, hasta 1998, permanecieron con nosotros los alumnos del 1º Ciclo de la Enseñanza Secundaria Obligatoria.
En la actualidad, y de una manera definitiva, desde el Curso 1998/99, es sólo, como se ha indicado, Centro de Educación Infantil y Primaria, con dos líneas, es decir, con dos aulas por cada nivel. Por lo tanto, en el Colegio existen 12 aulas de Educación Primaria y 6 de Educación Infantil. Debido a esta organización, una nueva remodelación hubo que realizar: las 6 aulas de Educación Infantil hubo que colocarlas en la planta baja del edificio principal y al edificio anexo, con anterioridad preparado para Educación Preescolar, pasaron los niveles de 1º Ciclo de Educación Primaria.
A lo largo de todos estos años el Colegio, debido en parte a la nueva Ley y también a los objetivos marcados en cada momento, con gran interés, por todos los maestros, padres y alumnos, ha tenido diversas modificaciones en la organización de aulas y dependencias. También se han realizado pequeñas obras tales como la apertura de servicios al porche, adaptación de un espacio para el AMPA, remodelación de la zona administrativa, del laboratorio, etc.
Desde hace muchos años, un buen número de maestros mostraron su interés por la Informática y desde aquel inicial “Plan Alhambra” ha contado con un aula de Informática que se ha ido mejorando y ampliando hasta la magnífica aula actual, que, creo, cumple las aspiraciones tanto de padres, alumnos y maestros en esta técnica.
Por necesidad, a finales del Curso 1987/88 hubo que solicitar un Aula de Educación Especial que comenzó a funcionar el Curso siguiente y, posteriormente, el Colegio fue dotado de otra más, que hubo que alojar en dependencias no muy amplias, pero que prestaron su servicio por entonces. Ahora, se dispone de una amplia Aula de Educación Especial, dotada con buen material para la función que debe cumplir.
Dada la importancia de algunas Especialidades, se ha logrado también que la asignatura de Inglés se imparta en su aula específica (desde 1998), así como la asignatura de Educación Musical, a partir de 2004.
Asimismo, el patio de Recreo, que muy pronto fue preparado como tal, fue provisto de dos excelentes pistas deportivas, una para balonmano y futbito, y otra para baloncesto. Se le añadió, poco tiempo después, una pista de voleibol. Se ha ampliado en varias ocasiones, y en la actualidad se puede afirmar que gozamos de amplias zonas deportivas y de espacios para los más pequeños. En él, desde los primeros años, se plantaron distintas variedades de árboles que hoy ofrecen buena sombra en los meses de más calor. Estos árboles, en su mayoría, fueron plantados y cuidados por los propios alumnos. Cada grupo se hacía cargo de su árbol, que incluso se adquiría con una pequeña aportación económica que se recogía en cada clase.
Es importante hacer mención del buen funcionamiento que ha tenido siempre la Biblioteca del Colegio, a pesar de los cambios de lugar sufridos por fuerza mayor. Actualmente se encuentra en la denominada, en principio, Aula de Pretecnología. La misma cumple la misión de Aula de Audiovisuales, dotada de medios avanzados y modernos para su fin.
El Salón de Actos o Salón de Usos Múltiples, como su nombre indica, siempre ha servido para múltiples funciones: gimnasio, salón de conferencias, reuniones, teatro…, y en los primeros años de vida del Centro fue utilizado por los componentes de la Banda de Música de Dos Hermanas, que por entonces renacía, para sus ensayos.
La vida del Centro, siempre buscando la más completa formación de nuestros alumnos, ha estado llena de múltiples actividades complementarias y extraescolares. Entre ellas podemos destacar la participación en las escuelas deportivas y competiciones correspondientes (¡cuántos hechos y anécdotas podrían narrarse sobre aquellos eventos deportivos !); la edición del periódico escolar llamado “El Monedito” (con anterioridad, se habían editado otros periódicos tales como “La Rebujina” y El Boliloco”); la celebración del Día del Colegio (¡cómo esperaban los alumnos dicho día y de qué manera disfrutaban todos participando en las muchas actividades que se les ofrecían!); las fiestas finales de Curso, que además ayudaban a la recaudación de fondos para los viajes de fin de estudios; el cuidado y atención al huerto escolar; Los muchos viajes y excursiones en las que siempre han participado todos los alumnos, de cualquier edad; las sesiones de teatro en su doble versión de teatro, llamémosle “clásico”, y de “teatro guiñol”. Seguro que todavía habría que seguir enumerando más y más actividades formativas y lúdicas que han ido haciendo de nuestro colegio, no sólo el lugar del quehacer diario, sino también el lugar lúdico, alegre, pero sin dejar de ser formativo.
No se puede resumir la vida de un Colegio en un corto escrito, ni tampoco se pretende ser exhaustivo en la enumeración de datos, vivencias, anécdotas, que quizás más adelante pueden ir plasmándose en esa página viva del Centro que es su página Web, recién estrenada y abierta a la colaboración de todos.
La intención de este escrito es, principalmente, recordar sus comienzos.
José Ávalos González
(Miembro de aquel primer Claustro que puso en marcha el Colegio)
Dos Hermanas, 2005 (año en que se celebró el XXV Aniversario del colegio)
Don Raimundo fue mi maestro en el colegio Vallesequillo, en Jerez de la Frontera (Cádiz) en el primer curso de EGB. Ahora tengo 46 años y no he vuelto a saber de el hasta ver su nombre en esta página. Tengo su imágen en mi recuerdo. Una muy buena persona. Era un hombre altísimo, por lo menos desde la mirada de un niño.
ResponderEliminarYo de vez en cuando lo veo, está bien, aunque ya la edad se nota. Un maestro ejemplar sin lugar a dudas.
EliminarY de los antiguos alumnos que pasamos por el colegio, y que fuimos los primeros en estar en el, no se dice nada, cuando dabamos clase en la cocina y en el comedor.
ResponderEliminar